En el corazón del Oratorio, entre sus paredes cargadas de historia y espiritualidad, se encuentra un rincón especial que encierra el amor y la devoción de sus alumnos y exalumnos por la Virgen y el cariño y gratitud por la educación que han recibido. En el Oratorio, la fe, la educación y el arte se entrelazan en un espacio singular: un pequeño museo que reside en las paredes de la portería/secretaría de nuestra Casa.
Este «singular museo pictórico» es mucho más que una simple exhibición de obras de arte; es un reflejo de la profunda conexión que los miembros de la comunidad educativa pastoral del Oratorio tienen con la Virgen y la institución que los formó. Aquí, el arte se convierte en un canal para expresar el amor, la gratitud y la pertenencia a esta comunidad educativa y evangelizadora.
Las obras expuestas son fruto del talento y el cariño de dos de sus miembros más destacados: Ángel Cala Oliva, antiguo alumno del Oratorio, y Gonzalo García Duarte, estudiante actual que cursa 4º de secundaria. Ambos han contribuido con su creatividad y habilidades artísticas a este inspirador proyecto.
Ángel Cala Oliva, un orgulloso exalumno del Oratorio, se destacó en la escuela de arte y ha dejado una huella imborrable en esta institución. Sus obras, trazadas con lápices y carbón, reflejan la devoción que siente por la Virgen y la gratitud que profesa hacia la obra que lo moldeó como individuo. A través de su arte, Ángel comparte su amor por la Virgen y su conexión con la comunidad educativa pastoral del Oratorio, brindando a todos una ventana a su mundo interior. Elemento expuesto desde hace ya un par de cursos, cuando abandonó su paso por nuestra Casa.
Además, el museo acoge la lámina de Gonzalo García Duarte, un estudiante actual que está en 4º de secundaria. A pesar de su juventud, Gonzalo ya demuestra un talento innegable en el dibujo y el arte. Su contribución al museo es un testimonio vivo de cómo el Oratorio continúa inspirando a las generaciones venideras a expresar su amor y pertenencia a esta institución a través del arte.
El Museo del amor a la Virgen y Nuestra Obra no solo es un lugar donde se exponen obras artísticas; es un recordatorio constante de la esencia del Oratorio y de la importancia de la fe, la educación y la comunidad. Nos anima a todos a reflexionar sobre lo que esta institución significa para nosotros y cómo podemos contribuir al legado de D. Juan Torres Silva, pronto centenario, y la relación de la Obra con nuestra ciudad.
Desde esta plataforma, extendemos una invitación a todos los alumnos y exalumnos del Oratorio a compartir sus destrezas artísticas y a unirse a este museo en constante evolución. Que sus obras de arte se conviertan en una expresión sincera de su amor por la Virgen y su agradecimiento por la formación que han recibido en esta Casa. Juntos, construyamos un legado artístico que refleje la belleza y el amor que el Oratorio ha inspirado en todos nosotros.
En el Oratorio, el arte se convierte en una manifestación conmovedora de la fe, el amor y la pertenencia a una comunidad educativa que trasciende el tiempo y el espacio. Cada trazo, cada sombra y cada línea nos recuerdan que somos parte de algo más grande, que nuestra historia y nuestro amor por María Auxiliadora y Nuestra Obra están intrincadamente tejidos en la esencia de esta institución. Tributo a la belleza y la devoción que el Oratorio ha inspirado en generaciones de alumnos y exalumnos, y una invitación abierta a seguir compartiendo este amor a través del arte.