Buenas a todos, dejadme dirigiros unas palabras.
En este tiempo, especialmente difícil, necesitamos activar desde nuestro interior la fuerza de la esperanza que nos va a llevar a vencer los miedos, las debilidades y los sufrimientos. Durante el adviento, que es tiempo de espera y preparación, las velas que se encienden cada domingo nos conducen a la Luz de Jesús, luz que se va incrementando hasta que «se hace presente» en la Navidad con la Encarnación. La Encarnación prepara la Resurrección ya que sin la una no sería posible la otra. Sin Resurrección por tanto, la Encarnación carecería de sentido. De ahí que la Luz de Jesús se traslade al cirio Pascual como LUZ definitiva que ilumina nuestros días.
El ángel le dijo:
«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús». Lucas 1, 30-31
Un saludo a todos y felices fiestas familia.
José Manuel Valle Posadas
Director
QUÉ LA LUZ DE LA ESPERANZA NACIDO EN BELÉN BRILLE EN NUESTROS CORAZONES Y NOS TRAIGA UN AÑO NUEVO CON MAYORES ALEGRÍAS