Nuestro centro educativo se presentó ayer jueves para disputar la final de la copa intercolegial en la que nos enfrentamos al colegio de Las Esclavas.
El resultado de 2° de E.S.O fue una derrota en su partido con un marcador desfavorable de 3-9 pero en cambio nuestro curso de 4° de E.S.O ganó con solvencia su partido con un contundente 9-2, ganando así todos los partidos disputados e incluida la final de la copa.
En el cómputo global nuestro centro quedó en una magnífica segunda posición de la que nos sentimos muy orgullosos.
Participar en actividades deportivas ayuda a los/as chicos/as a mantenerse en forma, a desarrollar habilidades sociales, a aprender del trabajo en equipo y a fomentar la disciplina y la auto-superación. Además, el deporte puede enseñarles importantes valores como la perseverancia, el esfuerzo, la lealtad y la honestidad.
En cuanto a los valores cristianos que se fomentan a través del deporte, es importante destacar que muchos de ellos están relacionados con la ética y la moral, y por lo tanto, se alinean con los principios cristianos. Por ejemplo, el respeto por el prójimo y por las reglas del juego es fundamental en cualquier actividad deportiva, al igual que la honestidad y la integridad. También se fomenta el valor de la justicia, ya que en el deporte se valora el mérito y el esfuerzo de cada jugador y se premia el trabajo en equipo.
Además, el deporte competitivo puede ser una excelente oportunidad para que los niños cristianos aprendan a compartir su fe y a ser testigos de ella en un ambiente que, muchas veces, puede ser bastante secular. Los valores cristianos, como el amor, la compasión y el perdón, pueden ser transmitidos a través del deporte, y los niños pueden aprender a ser verdaderos líderes cristianos, mostrando humildad y respeto por sus compañeros y rivales.
En conclusión, el desarrollo del deporte competitivo en niños puede ser muy beneficioso para su crecimiento personal y espiritual, y puede ser una excelente oportunidad para fomentar los valores cristianos. Si se practica de manera adecuada, el deporte puede ayudar a los niños a crecer en su fe y a ser testigos de ella en el mundo del deporte.